jueves, mayo 27

12 de agosto de 2002

Ella me quiere a mí.
Yo te quiero a ti.
Tú le quieres a él.
Él no quiere estar contigo.
Tú no quieres estar conmigo.
Yo no puedo estar con ella.

25 de julio de 2002

Vierto semen sobre mi vientre y su aroma me trae el recuerdo de las tardes de pasión junto a ti.

Viernes, 8 de marzo de 2002

Este no soy yo. Y si soy yo, no me gusto. Son casi las dos de la mañana. Estoy medio borracho y SOLO. Sin ganas de nacer NADA. Ni siquiera acostarme y dormir. Deseo que pase el tiempo. Deseo que pase algo. Deseo DESPERTAR. Creo que llevo mucho tiempo dormido y va siendo hora de levantarme y ANDAR. Por no tener ganas no tengo ganas ni de escribir estas líneas. Así que me voy a la cama a ver si consigo dormir.

Domingo, 17 de febrero de 2002

"Y la madrastra decidió o se dio cuenta que Cenicienta debía vivir su vida y el príncipe azul acudió a sus brazos. Se fundieron en un abrazo que no veía fin. Las lágrimas de alegría y las lágrimas de tristeza y las lágrimas de pena y las lágrimas de felicidad llenaron los ojos de la princesa durante siete días y siete noches pero el príncipe se bebió todas las lágrimas y con ellas hizo besos para regalar a la princesa y que sólo la sonrisa llenara su bello rostro de luna llena. Y vivieron felices y comieron las perdices con chocolate que la madre de la princesa les preparó para celebrarlo y nunca jamás tuvieron que separarse al caer el sol. Desde la barandilla de palacio contemplaron juntos el más bello atardecer que el Sol jamás había ofrecido".
El día dieciséis, ayer, mientras paseaba por la Gran Vía con María, mi sobrina, a las 18:34 recibí el siguiente mensaje de Bego "Ha llegado tarde pero ya tienes tu regalo de los enamorados: mi libertad. Cuando pueda te llamo. Te quiero. Besos".
¡Uf! ¡Qué cantidad de sentimientos agolpados! Ilusión, mucha ilusión pero también vértigo, miedo... mis deseos cumplidos. ¿Seré capaz de quererla tanto como se merece? Tanto tiempo esperando esto que ahora no sé ni como reaccionar ni qué pensar. Toda una vida por delante, a su lado. ¿Cuántas veces había formulado ese deseo?
Ahora la voy a tener y no quisiera que nos equivocásemos ni que saliese nada mal. Quiero quererla tanto como la he deseado. Hoy es el primer día de nuestra nueva vida juntos y esto es mucho y muy importante.
¡Uf! deseo su felicidad por encima de todo y lucharé por conseguirla.
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Me parece increíble. No han pasado ni dos horas desde que escribí los párrafos anteriores y todo ha vuelto a cambiar radicalmente. La situación ha dado un giro inesperado y desesperante. Acabo de recibir un mensaje en el que me dice que va a volver a intentarlo con él. Yo ya no sé ni qué hacer. Creo que debo empezar a olvidarme de ella. Esto es el principio del fin justo cuando empezaba la más bella historia de amor. Estoy desesperado. No sé ni qué hacer.

miércoles, mayo 26

Lunes, 11 de febrero de 2002

Tengo muy abandonada esta escritura. Lo cierto es que cada vez tengo menos ganas y no me parece tan importante como para obligarme a hacerlo.
La gente me tiene envidia. Algunos tanto que llegan a odiarme por ello y hacen todo lo posible por que me derrumbe ¿por qué? Sufro como todo el mundo: unos días más y otros menos pero me trago ese malestar y trato de ofrecer siempre la mejor cara. Trato de parecer feliz y hay quien no soporta la felicidad ¡no la verían aunque la tuviesen delante de sus narices. JL, por ejemplo.
El viernes pasado entregamos las fechas para vacaciones y, previo acuerdo mutuo, Begoña y yo las hicimos coincidir. El razonamiento es este: si ya estamos definitivamente juntos las podremos compartir; si aún no, será menos el tiempo que pasemos separados.
Cuando JL comprobó que nuestras fechas coincidían, al segundo se pilló tal mosqueo que habló con E y al momento ésta conmigo.
Fue clara: le importa un bledo mi vida privada y me da su "bendición" ante cualquier decisión pero que no afecte al trabajo, que se traduce, simplemente, en que no acompañe a B cada vez que sale a fumar por lo que pueda decir "la gente" y porque hay muy mala leche y me pueden hacer daño. ¿Más claro?
A Begoña le afectó menos de lo que yo pensaba pero hoy lunes JL sigue sin hablarnos. No me preocupa en absoluto su silencio pero a ella sí y creo que eso ha modificado su comportamiento y su actitud hacia mí. Bueno, no sólo eso. Su chico le ha pedido que tengan un hijo.
De momento le ha dado largas pero es más que evidente que le sigue queriendo y no descarta (me lo ha confesado) rehacer su vida con él.
¿por qué sigo a su lado?
Porque la quiero mucho más de lo que acierto a comprender, más allá de toda lógica y razón y porque ella, insiste, me quiere.
¿Hacen falta más razones?

martes, mayo 25

Domingo, 27 de enero de 2002

Ni mucho menos estoy siempre tan triste como queda reflejado en este diario, lo que sucede es que sólo me acuerdo de escribir en él cuando estoy triste.
Hoy lo estoy mucho, por eso no voy a escribir nada más.
Espero acordarme de rellenar estas líneas un día que esté contento o simplemente normal, porque si no, quien llegue a leer esto algún día pensará que soy un eterno infeliz y nada más lejos de la realidad.
Sólo estoy triste al caer las noches de los fines de semana y no todos.
Claro que... tampoco es poco.