jueves, mayo 27

Domingo, 17 de febrero de 2002

"Y la madrastra decidió o se dio cuenta que Cenicienta debía vivir su vida y el príncipe azul acudió a sus brazos. Se fundieron en un abrazo que no veía fin. Las lágrimas de alegría y las lágrimas de tristeza y las lágrimas de pena y las lágrimas de felicidad llenaron los ojos de la princesa durante siete días y siete noches pero el príncipe se bebió todas las lágrimas y con ellas hizo besos para regalar a la princesa y que sólo la sonrisa llenara su bello rostro de luna llena. Y vivieron felices y comieron las perdices con chocolate que la madre de la princesa les preparó para celebrarlo y nunca jamás tuvieron que separarse al caer el sol. Desde la barandilla de palacio contemplaron juntos el más bello atardecer que el Sol jamás había ofrecido".
El día dieciséis, ayer, mientras paseaba por la Gran Vía con María, mi sobrina, a las 18:34 recibí el siguiente mensaje de Bego "Ha llegado tarde pero ya tienes tu regalo de los enamorados: mi libertad. Cuando pueda te llamo. Te quiero. Besos".
¡Uf! ¡Qué cantidad de sentimientos agolpados! Ilusión, mucha ilusión pero también vértigo, miedo... mis deseos cumplidos. ¿Seré capaz de quererla tanto como se merece? Tanto tiempo esperando esto que ahora no sé ni como reaccionar ni qué pensar. Toda una vida por delante, a su lado. ¿Cuántas veces había formulado ese deseo?
Ahora la voy a tener y no quisiera que nos equivocásemos ni que saliese nada mal. Quiero quererla tanto como la he deseado. Hoy es el primer día de nuestra nueva vida juntos y esto es mucho y muy importante.
¡Uf! deseo su felicidad por encima de todo y lucharé por conseguirla.
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Me parece increíble. No han pasado ni dos horas desde que escribí los párrafos anteriores y todo ha vuelto a cambiar radicalmente. La situación ha dado un giro inesperado y desesperante. Acabo de recibir un mensaje en el que me dice que va a volver a intentarlo con él. Yo ya no sé ni qué hacer. Creo que debo empezar a olvidarme de ella. Esto es el principio del fin justo cuando empezaba la más bella historia de amor. Estoy desesperado. No sé ni qué hacer.

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