martes, mayo 11

Domingo, 13 de enero de 2002

Hasta un corazón alegre y optimista como el mío hay veces que se llena irremediablemente de tristeza. Hay veces que me canso y pienso que no voy a poder seguir luchando y esperando. Un domingo sin ella acaba con todas mis fuerzas.
No es la soledad la que me mata, es su ausencia.

lunes, mayo 10

10 de enero de 2002

Acabábamos de hacer el amor intensamente durante la primera noche que pasamos juntos: la del uno de enero; nuestra particular fiesta de nochevieja. Habíamos bebido pero tampoco demasiado: lo normal en una noche de placer.
Su cara resplandecía como una estrella. En sus ojos quedaban los restos del amor; su mirada era hipnotizante, mágica. Decidí captar el momento y tomé la cámara de fotos. Entonces disparé sin control. No dejaba de mirarme. Una mirada enamorada, excitada por nuestra reciente pasión. Sus pupilas ocupaban por completo los ojos, sus labios, rojos como grosellas, seguían pidiendo besos.
Mi torpeza como fotógrafo me impidió captar la magia del momento. Apenas dos pares de fotos se han salvado de la quema. Pero ahora, contemplando su rostro, pleno de felicidad, recuerdo aquella noche, nuestra primera noche juntos.
Caímos, exhaustos de amor, a las tantas de la madrugada. Mis párpados no soportaron el peso de tanta pasión y se cerraron inmediatamente.,
Ella asegura que no durmió en toda la noche y que contemplaba mi cuerpo junto al suyo. Sé que cuando sonó el despertador hubiese dado cualquier cosa por seguir entrelazados bajo las sábanas.
Pero nos levantamos y llegamos juntos al trabajo, con total naturalidad, como si durante toda la vida no hubiésemos hecho otra cosa que salir de casa juntos y llegar al trabajo.
La recuerdo también en la ducha. Yo en la cocina preparando el desayuno mientras ella se duchaba con su frágil cuerpecillo y su eterna sonrisa. ¡Ay! Su sonrisa... su sonrisa es la receta para la felicidad eterna. Es imposible estar triste teniendo su sonrisa pero se puede llorar recordándola cuando falta.
No voy a hablar ahora de faltas pues llevamos casi toda la semana muy juntos; cada vez pasamos más tiempo compartido. Pero siempre quiero más. Algún día esta insatisfacción mía me traerá algún disgusto.
Tengo más cosas que contar pero me caigo de sueño así que dormirán en el cartucho de tinta de mi bolígrafo.