viernes, febrero 27

6 de diciembre de 2001

Hoy ha sido fiesta. He estado casi todo el día solo y, sin embargo, no me he aburrido ni he sentido (demasiado) la soledad ¿me estaré acostumbrando? ¿podré mantener este ritmo?
Ha ayudado bastante que es jueves y tocaba ensayo con el grupo, así la tarde se ha pasado sin sentir. Había pensado ir luego al cine pero ho ha sido necesario porque he llegado a casa a las diez y media. Ahora son más de las doce y estoy escribiendo (debería dormir).
Como estaba en Rivas se me ha ocurrido llamar a Rosi. No sé si he hecho bien. Me apetecía pero se ha puesto a llorar después de hablar un rato y decirme que me quiere mucho. Después me ha mandado un SMS diciendo que escuchara a Burning (Te quiero tanto) y mirase la luna. Lo he hecho (no mirar la luna porque no se ve desde la bu).
Yo también la quiero y no me gusta verla sufrir de ese modo. En momentos así volvería a su lado pero no la echo de menos nunca (también quiero a mis padres o a mis hermanos y no me voy a vivir con ellos). El que a eces me encuentre solo no significa que la eche de menos o que quiera volver con ella.
No es fácil. Todo el mundo nos veía como una buena pareja. Quizá lo fuéramos, incluso mejor que otras, pero precisamente por ser tan buena pareja debemos estar así porque no podemos mantener una apariencia.
Hay un anuncio de un coche que muestra a una pareja joven besándose apasionadamente y dice: UN MATRIMONIO ES MÁS QUE UN COMPROMISO. Yo también lo creo así, y Rosi. Por eso soy incapaz de seguir a su lado pues, cuando la besaba, sólo pensaba en los labios de Begoña.
Curiosamente, cuando me ha entrado el mensaje de Rosi yo estaba escribiendo a Begoña y esta, "para variar", hada más me mandó un mensaje a primera hora de la mañana, muy bonito, eso sí. (He escuchado a Dylan pero ahora suena Ismael Lo).

jueves, febrero 26

5 de diciembre de 2001

Sé que tendrán que volver días malos pero esto va mejorando.
Ha sido un día muy intenso de trabajo pero, como me gusta la actividad, no me importa. Lo único malo es que apenas he visto-hablado-escrito a Begoña.
Ni siquiera he comido con ella porque he ido al chino con Ana y Eloy a darles "la noticia". No se han sorprendido mucho (más bien nada) y he estado hablando yo todo el rato.
B. me ha echado de menos en la comida (yo no, lo he pasado bien).
A la tarde hemos ido al Corte Inglés a marujear un poco. Lo pasamos bien cada minuto que estamos juntos y hoy han sido pocos porque ella tenía que volver a casa y yo había quedado con Pa.
Oscar está muy malito: gastritis, posible diabetes, infección en el culo... empieza a ser viejo.
Lo he pasado muy bien con Pa ¡es genial! me emociono hablando de ella (pero no ahora, que me caigo de sueño).
Después he hablado por teléfono con B más de una hora: chupi, muy chulo, nos hemos masturbado mientras hablábamos ¡una pasada!
Tengo que dejar de escribir porque se me cierran los ojos. Me duermo. Adiós (escucho a Enya).

miércoles, febrero 25

4 de diciembre de 2001

Mi vida gira en torno a Begoña. Supongo que eso no es bueno, pero ¡me encanta! ¡me hace FELIZ!
Esta tarde he hecho el amor con ella ¡uf! No recuerdo haber hecho el amor NUNCA como con Begoña. Somos incansables. Todo nos gusta y siempre coincidimos (ahora, recordándolo, me entra un cosquilleo... ¡ummm!).
Después (o durante, je) ha venido su amiga Gema y hemos estado sicoanalizando a B. Hemos bebido, fumado y disfrutado.
Creo hablar en nombre de todos al decir que hemos sido muy felices.
Una vez más, el reloj ha roto el encanto. Se ha tenido que ir de forma precipitada y creo que su corazón se ha quedado aquí.
Yo, para no hundirme, me he puesto a trabajar de forma compulsiva (como escribo ahora, a vuela pluma, sin pensar, soltando lo primero que pasa por mi mente).
He preparado un montón de cena que he devorado, he fregado, he tendido (después de improvisar o inventar un tendedero). Son más de las once de la noche, escrivo de forma compulsiva y tengo previsto tocar la guitarra después. No sé si es la energía que me genera estar con Begoña o el ansia contenida que lo suelto con la hiperactividad.
Estoy borracho; borracho de amor, borracho de hachís, borracho de cerveza, de energía... pero sigo bebiendo y sigo amando.
No he ido a clase de batería. Eso no me gusta pero estaba demasiado borracho para conducir.
No me gusta pero me temo que viviendo en Madrid me va a costar mucho esfuerzo salir de mi nido y coger el coche para ir a clase. Tendré que imponerme mayor autodisciplina. Como para estudiar: desde que estoy aquí no he estudiado ni un día.
Bueno, que ¡se acabó el mea culpa! voy a cerrar el cuadernito, apagar la música (Bebo Valdés) y tocar la guitarra (si atino con los acordes).

lunes, febrero 23

3 de diciembre de 2001

¡Estoy reventado! me duele un montón la espalda, los hombros, las piernas. No sé si es de estar constantemente agachado en la bu o de subir siempre cargado con quince kilos a cuestas.
Hoy ha sido un día mejor a pesar de la perpetua indecisión de Begoña.
En el trabajo no he parado pero casi todo han sido asuntos propios ¡qué morro tengo! y, como siempre, escribir un montón a B ¡es genial! Ella y escribirle. A su lado es fácil ser feliz aunque se esté viviendo un drama.
Al salir del trabajo he estado en los "veinte duros" con ella y después en el parque. Hemos hablado pero sin ninguna conclusión: no puede dejar a ninguno de los dos. No estoy seguro pero creo que prefiero eso a que me dejara a mí aunque lo entendería y debo estar preparado si eso sucede.
La he dejado en el metro y he venido andando desde el trabajo pasando por Atocha, Cibeles, Barquillo, Fuencarral, Sol, Plaza San Miguel... y en todas partes he comprado algo.
Conclusión: he llegado a casa cargado como una mula y reventado. Se me ha pasado lo que quedaba de tarde colocando las compras y ordenando un poco la casa. Había pensado salir a tomar una cerveza pero lo dejaré para otro día que no me duela tanto todo.
Esperaba que Begoña me llamase o escribiese pero no lo ha hecho (como de costumbre, no sé por qué espero) he preferido no hacerlo yo para no agobiar.
La echo de menos pero no tanto como ayer.
Escuclo el disco de Amelia Muge. Lo tenía poco oído pero está bien. Me voy a la cama con esta música ¡nadie me dirá que la quite o la cambie!