miércoles, febrero 25

4 de diciembre de 2001

Mi vida gira en torno a Begoña. Supongo que eso no es bueno, pero ¡me encanta! ¡me hace FELIZ!
Esta tarde he hecho el amor con ella ¡uf! No recuerdo haber hecho el amor NUNCA como con Begoña. Somos incansables. Todo nos gusta y siempre coincidimos (ahora, recordándolo, me entra un cosquilleo... ¡ummm!).
Después (o durante, je) ha venido su amiga Gema y hemos estado sicoanalizando a B. Hemos bebido, fumado y disfrutado.
Creo hablar en nombre de todos al decir que hemos sido muy felices.
Una vez más, el reloj ha roto el encanto. Se ha tenido que ir de forma precipitada y creo que su corazón se ha quedado aquí.
Yo, para no hundirme, me he puesto a trabajar de forma compulsiva (como escribo ahora, a vuela pluma, sin pensar, soltando lo primero que pasa por mi mente).
He preparado un montón de cena que he devorado, he fregado, he tendido (después de improvisar o inventar un tendedero). Son más de las once de la noche, escrivo de forma compulsiva y tengo previsto tocar la guitarra después. No sé si es la energía que me genera estar con Begoña o el ansia contenida que lo suelto con la hiperactividad.
Estoy borracho; borracho de amor, borracho de hachís, borracho de cerveza, de energía... pero sigo bebiendo y sigo amando.
No he ido a clase de batería. Eso no me gusta pero estaba demasiado borracho para conducir.
No me gusta pero me temo que viviendo en Madrid me va a costar mucho esfuerzo salir de mi nido y coger el coche para ir a clase. Tendré que imponerme mayor autodisciplina. Como para estudiar: desde que estoy aquí no he estudiado ni un día.
Bueno, que ¡se acabó el mea culpa! voy a cerrar el cuadernito, apagar la música (Bebo Valdés) y tocar la guitarra (si atino con los acordes).

No hay comentarios: