viernes, octubre 10

Una rubia muy legal 2

Patética. Fui porque me invitaron al pre-estreno. Sólo recomendable si alguien interesante te paga la entrada, te invita a las palomitas y las bebidas y la alternativa es quedarse en casa solo viendo por televisión las peripecias de unos panolis encerrados en una casa. Banaliza temas importantes y da a entender al público de cabeza hueca al que va dirigida que por pertenecer a una hermandad universataria se pueden solucionar los problemas.

lunes, octubre 6

Ella se va

Tres personas sobre un escenario en tres colores (rojo, verde y blanco). Dos puertas por las que entran en un tiempo y salen en otro para presentar una historia dramática que ayuda a ilustrar una pantalla en la que se muestran las imágenes que rondan por las cabezas de los personajes. Una funcionaria (Inge Martín) que trata de recomponer la versión de una mujer (María Isasi) maltratada sicológicamente por su marido (Luis Hostalot) que se niega a dejarla escapar para comenzar de nuevo su vida sin él.
Buena historia y buen guión que se alejan del maniqueísmo de hombre-maltratador mujer-sufridora pero que a la vez presentan esta otra forma de maltrato que no presenta moratones en la piel sino heridas más profundas que no se pueden ver con un simple reconocimiento médico.
Especialmente destacable la interpretación de María Isasi en el papel de sufridora, pues consigue contagiarnos de sus sentimientos.

Deprisa, deprisa

La primera vez que la vi tendría yo unos diecisiete años y vivía en un barrio marginal bastante parecido al que aparece en la película. Será por eso que me marcó de una manera especial y guardaba cada imagen en un rincón oscuro de mi escasa memoria. Será por eso que cuando la vi en el montón de saldos de la tienda de DVD no pude evitar comprarla y volver a verla.
Las aventuras de cuatro delincuentes que usan el robo y la violencia para encontrar su sueño, un sueño que todos buscamos y del que ellos despiertan de forma violenta, tan deprisa como corren sus vidas.
Ese "Me quedo contigo" de Los Chunguitos que se clava como una espina en los momentos álgidos de la acción (o de la no-acción) es otra de las claves para que esta historia de amor violento tarde en borrarse del corazón.