jueves, noviembre 6

Cidade de Deus

La vida no vale nada. La frase que leí en la carátula lo define perfectamente: si corres, te cogen; si no corres, te cogen también. Todos pueden ser tus enemigos. Ciudad de Dios cuenta la historia de una de las favelas más peligrosas de Río de Janeiro a través de los ojos de un chaval criado en la calle y que quiere salir de esa realidad sangrienta en la que vive. Parece que no hay escapatoria porque, según se cuenta, tienes más posibilidades de salir adelante si delinques que si eres honrado. De hecho, el protagonista tiene un momento de flaqueza e intenta cometer algunos robos para comprarse su primera cámara fotográfica y alcanzar su objetivo: ser fotógrafo de prensa.
La puesta en escena de esta historia tan dramática asombra e impacta pero no por la violencia sino por la emoción que transmite cada imagen: la colocación de las cámaras, la utilización de la música, los flash back permanentes y perfectamente tratados (me encanta el primer regreso a los años sesenta).
En resumen, cien por cien recomendable.

lunes, noviembre 3

La pelota vasca

Ofrece una visión caleidoscópica de la situación vasca. Pero una visión personal. ¡Faltaría más! Me parece perfecto. Se ha criticado al autor por manipular (cortar) las conversaciones. Pues sí. ¿por qué no? Él ofrece su propia visión del conflicto vasco a través de las opiniones de los entrevistados y mezclando (magistralmente) estas opiniones con paisajes y deporte vasco para apoyar o reforzar lo comentado por los entrevistados.
Aunque se haya criticado por ambos lados, esta película me parece, sobre todo, una invitación al diálogo para llegar a una solución consensuada. Porque tenemos que darnos cuenta que nadie puede tener toda la razón, que, por supuesto, no estar a favor no significa estar en contra y que las ví­ctimas, son siempre víctimas. No tienen bando ni color.