viernes, mayo 7

7 de enero de 2002

¿Y si me dedicase a la cocina? Últimamente es el arte en el que más creatividad desarrollo. Cada día que cocino me invento un plato y siempre el resultado es bueno. Hoy han sido dos: garbanzos del altiplano (je) y naranjas al suspiro.
Aunque los garbanzos han quedado buenos tampoco son dignos de mención pero las naranjas... ¡ay! como su nombre indica. Después de pelar la naranja se corta en finas rodajas y se salpica de azúcar moreno, canela y... ¡ay! rayadura de chocolate puro. Se rocía con un chorrito de Cointreau y ¡a suspirar! Vale, es muy simple, he aportado poco pero he conseguido que unas naranjas insípidas que me traje de Cádiz tengan un sabor sublime.
Como decía al principio, estoy poco creativo en el resto de facetas artísiticas. Begoña me absorbe (con gusto) por completo.
Cada vez paso más tiempo con ella y al tiempo cada vez la echo más de menos por lo que cuando no estoy con ella estoy pensando en ella ¡así no hay quien produzca! je
Soy muy feliz a su lado aunque no me gusta depender tanto de ella. No me gusta depender de nada ni de nadie. Y mucho menos si no la puedo conseguir pero es otra historia. O mejor dicho, eso es la misma historia que llevo escrita en las setenta y dos páginas anteriores así que INTENTARÉ cambiar de tema.
Vale y... ¿de qué otra cosa puedo hablar?
Ayer fue el día de reyes. Me gusta. Desde pequeñito me gusta mucho el día de reyes aunque ayer fue la primera vez que no hubo sorpresa nocturna. Como estoy solo no podía esconder los regalos ni colocarlos a escondidas. Eso es una faena pero aún así estuvo bien. A Pa le encantó la cámara de fotos y ella me regaló un disco de los Ramones y un quemador de incienso; dos buenos regalos: uno para acostarse tranquilo por las noches y otro para levantarse excitado por las mañanas.
Mi madre me regaló un cuchillo jamonero y una cafetera. También regalos interesantes y prácticos que quería comprarme.
Begoña ha dicho que quiere comprarme un regalo pero ya no es lo mismo. Para mí Reyes son Reyes y vienen siempre el día cinco por la noche, si no, no es lo mismo. Así de tradicional soy para algunas cosas.
Esta tarde no tengo planes, improvisaré las próximas horas igual que improviso la comida o igual que improviso la vida.

miércoles, mayo 5

Jueves, 3 de diciembre de 2002

Estoy leyendo "Señora de rojo sobre fondo gris". Escucho a Satriani (por casualidad, me lo han prestado y no le presto mucha atención). En el libro, el protagonista habla de lo que echa de menos a su esposa que ha muerto. Mi esposa, hoy por hoy, sigue siendo Rosa pero no la echo nada de menos. Puede darme pena el sufrimiento, puedo tenerle afecto, cariño, recuerdos, mil cosas pero cada día estoy más convencido de haber obrado correctamente. Siendo sincero, no pienso en ella. ¿Será por la fiebre inicial? En cualquier caso, fiebre inicial que dura doce meses, el caso es que sigo locamente enamorado de B y sí noto su falta. Pero no tanto su hueco como saber que está con él. No le conozco pero le odio. Cuando B estaba en Salamanca sola no me importaba, estaba en su casa, con sus padres pero cuando fue a Valladolid... cada minuto me dolía. No soporto que esté a su lado. Sé que le quiere y eso me duele porque pienso que me miente.
Siempre hablo de lo mismo en estas páginas ¡vaya diario rollo!
Voy a acabar por hoy. Además estoy borracho; bebí media botella de vino con la cena y me voy a la cama.