miércoles, mayo 26

Lunes, 11 de febrero de 2002

Tengo muy abandonada esta escritura. Lo cierto es que cada vez tengo menos ganas y no me parece tan importante como para obligarme a hacerlo.
La gente me tiene envidia. Algunos tanto que llegan a odiarme por ello y hacen todo lo posible por que me derrumbe ¿por qué? Sufro como todo el mundo: unos días más y otros menos pero me trago ese malestar y trato de ofrecer siempre la mejor cara. Trato de parecer feliz y hay quien no soporta la felicidad ¡no la verían aunque la tuviesen delante de sus narices. JL, por ejemplo.
El viernes pasado entregamos las fechas para vacaciones y, previo acuerdo mutuo, Begoña y yo las hicimos coincidir. El razonamiento es este: si ya estamos definitivamente juntos las podremos compartir; si aún no, será menos el tiempo que pasemos separados.
Cuando JL comprobó que nuestras fechas coincidían, al segundo se pilló tal mosqueo que habló con E y al momento ésta conmigo.
Fue clara: le importa un bledo mi vida privada y me da su "bendición" ante cualquier decisión pero que no afecte al trabajo, que se traduce, simplemente, en que no acompañe a B cada vez que sale a fumar por lo que pueda decir "la gente" y porque hay muy mala leche y me pueden hacer daño. ¿Más claro?
A Begoña le afectó menos de lo que yo pensaba pero hoy lunes JL sigue sin hablarnos. No me preocupa en absoluto su silencio pero a ella sí y creo que eso ha modificado su comportamiento y su actitud hacia mí. Bueno, no sólo eso. Su chico le ha pedido que tengan un hijo.
De momento le ha dado largas pero es más que evidente que le sigue queriendo y no descarta (me lo ha confesado) rehacer su vida con él.
¿por qué sigo a su lado?
Porque la quiero mucho más de lo que acierto a comprender, más allá de toda lógica y razón y porque ella, insiste, me quiere.
¿Hacen falta más razones?

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